CURSO DE CERÁMICA HISTÓRICA


El programa de Cerámica oferta tres PLANES DE TRABAJO y un PLAN DE ESTUDIO ESPECIAL: piezas del Inventario Arqueológico de la Provincia de Burgos encontradas en Peñaranda de Duero y Casanova y otros municipios de la provincia de Burgos; piezas de tipología celtíberas y vacceas ya que Peñaranda de Duero está en una zona fronteriza entre ambos mundos con Kolouniaco al este, Segontia Lanka al sur y Ravda Vaccea al oeste; y cerámica medieval con la reproducción de piezas vidriadas en esmaltes chocolate (siglo X), melado (siglo XI), cobre/manganeso (siglo XIII), cuerda seca y azul cobalto (siglo XIV). 

Todas estas piezas introducen al alumnado en este mundo de la mano de cerámicas que supusieron un hito en la cultura hispánica. La ejecución práctica de este tipo de piezas permite conocer hasta que punto la cerámica más moderna hace uso de las técnicas históricas.

Junto a estas piezas históricas de nuestro entorno cultural, nos proponemos el estudio de otras culturas cerámica como comparación a las manifestaciones culturales propias.

Presentación del curso de iniciación y las instalaciones

PLAN DE TRABAJO PRIMERO: CERÁMICA PREHISTÓRICA

Técnica: modelado a bola y pellizco
Acabado: Bruñido / decoración incisa, excisa e impresa
Modelo de referencia: Cerámica Neolítica, Campaniforme, Cogotas I, Soto de Medinilla

PLAN DE TRABAJO SEGUNDO: CERÁMICA CELTÍBERA/VACCEA

Técnica: Modelado a rollos / urdido
Acabado: Bruñido, Decoración con engobes a pincel
Modelo de referencia: Cerámica Vaccea, Celtíbera, Carpetana e Íbera.

PLAN DE TRABAJO TERCERO: CERÁMICA MEDIEVAL DESDE EL SIGLO IX AL XIV

Técnica: Modelado a torno
Acabado: Decorado con esmaltes y óxidos metálicos a pincel
Modelo de referencia: Cerámica Califal, Gótico-Mudéjar

PLAN DE TRABAJO ESPECIAL 2024: CERÁMICA COGOTAS I

Técnica: modelado a mano, pellizco y pella
Acabado: negro bruñido con decoración incisa, excisa y boquique
Modelo de referencia: cuencos del Pico Castro (Dueñas)

PLAN DE TRABAJO ESPECIAL 2023: CERÁMICA DE LA CULTURA VILLANOVIANA

Técnica: Urdido y Torno
Acabado: Bruñido y espatulado con decoración incisa/pintada
Modelo de referencia: Urna troncocónica de incineración

PLAN DE TRABAJO ESPECIAL 2023: AZULEJERÍA
Técnica: Plancha
Acabado: esgrafiados, esmaltado
Modelo de referencia: Azulejos islámicos hispánicos


PRESENTACIÓN DEL CURSO

PLAN DE TRABAJO PRIMERO: CERÁMICA NEOLÍTICA, CAMPANIFORME Y CERÁMICAS NEGRAS DEL HIERRO 1.
La cerámica ha sufrido un proceso evolutivo muy importante a lo largo de la historia. Desde su aparición como cerámica utilitaria en el Neolítico y en algunas vasijas de procesamiento de pescado en el Paleolítico, ha pasado por importante cambios en el estilo y la tecnología de fabricación hasta la actualidad. 

Esta evolución permitió transformaciones en la producción cerámica conforme a las necesidades de los seres humanos que las fabricaron. 

La introducción del torno no supuso la desaparición de la cerámica a mano, aunque su uso se redujo principalmente a cerámica de cocina. 

Las historias de la vida de una pieza cerámica están normalmente divididas en una serie de actividades intensamente conectadas llamadas procesos que, en nuestro caso, incluyen la recogida de la arcilla y otras materias primas, la preparación de las pastas, modelado, espatulado y decoración de su superficie, secado y cocción, transporte, uso, almacenaje, mantenimiento, reutilización y descarte.

Todo ello se intenta reproducir en el Curso de Cerámica Histórica cuyo trabajo casi siempre comienza rodeado de textos, tesis y dibujos. 


Aunque durante el curso, los materiales están preparados para el alumnado, en la realidad, el trabajo del alfarero comienza con la prospección y transporte de la arcilla, desde donde se encuentra hasta el taller o alfar.

La forma más frecuente es la obtención de las arcillas próximas a los lechos de los ríos, aunque lo más normal es buscarlas en vetas, bien a cielo abierto, o excavadas. Una vez localizado el yacimiento, se realizan diversos sondeos con el objetivo de buscar las arcillas de mayor calidad. Una vez localizada la materia prima ideal, el primer paso consiste en eliminar la capa más superficial o “cascajo”, limpiar y allanar una superficie de terreno dejando la arcilla al aire libre para que se oree durante varios días. 

Las arcillas se almacenan según diferentes calidades y color, e incluso para diferentes producciones. Una vez extraída la materia prima se transporta a la zona de trabajo o alfar que se encuentran próximos a las zonas de explotación de las arcillas o de combustibles necesarios para la cocción de las piezas. 

Preparar las pastas
La fabricación de cerámicas se realiza sobre todo durante la estación seca, ya que en la época de lluvias, aunque se puede fabricar recipientes, las condiciones climatológicas dificultan los procesos de secado y cocción. Hoy en día, este problema queda completamente resuelto debido a las condiciones de habitat en el que nos encontramos, pero no hace tantos años que l@s alfarer@s, debían dejar de trabajar durante meses por las condiciones atmosféricas reinantes.

Una vez que se ha transportado la arcilla al alfar, lo primero es la preparación de la arcilla pues ésta no se trabaja directamente desde su extracción, sino que se somete a una cuidadosa preparación para que adquiera más plasticidad: tras su extracción, se procede a su fracturación en pequeños trozos y se deja a secar. La arcilla puede contener elementos que contaminen la pasta y dificulten su amasado, pues reduce la plasticidad de la arcilla. En segundo lugar, la materia prima se deposita en un recipiente con agua para que la absorba. Después, se mezcla bien la arcilla y la barbotina se para por un tamiz a otro recipiente, dónde se deja reposar nuevamente. Después de un tiempo la arcilla se deposita en el fondo y podrá eliminarse el agua. 

Una vez limpia la arcilla cuando adquiere la consistencia adecuada, se corta en bloques para su mejor manejo y se conserva en un lugar húmedo. En último lugar, el amasado permite que la arcilla adquiera buena homogeneidad y elimine el aire. La mezcla de agua con la arcilla en proporción adecuada facilita su plasticidad, modelado y cocción. 

Es en este punto donde comienza realmente el Curso de Cerámica Histórica, pues, como ya hemos adelantado, l@s alumn@s del mismo se encuentran los materiales preparados para su uso.

Técnicas de elaboración de piezas.
Este primer trimestre, dedicado a la cerámica prehistórica en general y a la cultura del Vaso Campaniforme en particular, la técnica utilizada para la elaboración de las piezas es el modelado para la fabricación de cuencos y una técnica mixta mediante moldeado y urdido para la fabricación de piezas más grandes como el Vaso o la Cazuela campaniforme.


El modelado de la arcilla consiste en ejercer diversas presiones sobre la masa con el objetivo de obtener la forma del recipiente deseado, la pasta tiene que estar muy bien amasada y ser muy plástica para que pueda desarrollarse la habilidad manual. Para modelar con efectividad hay que ir girando la pieza lentamente con una mano mientras se aplica presión sobre la arcilla con la otra.

Esta técnica de fabricación cerámica es la primera forma de producción y fue la técnica (junto con el moldeado) más frecuente de fabricación hasta la aparición del torno alfarero del que hablaremos cuando lleguemos al final del segundo trimestre y sobretodo durante el tercer y último tramo del curso.

Fase de tratamiento de superficies y técnicas decorativas.
Una vez finalizada la pieza, necesita una serie de técnicas de acabado que mejorarán las características del recipiente, no solo desde un punto de vista estético, sino también funcional.

Para ello la arcilla tiene que estar en «dureza del cuero», entendiéndose por aquel estado en el que puede manipularse la pieza sin que esta se deforme, pero en el que puede trabajarse con instrumentos de varios tipos, debido a la humedad que todavía contiene. 

El acabado por excelencia es el bruñido. Practicado sobre la pieza cerámica directamente con los dedos o empleando algún instrumento como un trozo de cuero u otras herramientas como maderas, piedras o huesos. El bruñido se realiza por medio de una frotación directamente sobre la pasta cerámica.

Las técnicas decorativas, son de muchos y variados tipos y dependen de la técnica de ejecución. Pero el tipo de decoración que más vamos a utilizar es la incisión. Esta técnica decorativa se presenta muy tempranamente en la historia de la cerámica. Como su nombre indica, esta técnica consiste en incidir sobre la pasta fresca al punto de oreo con un instrumento cortante o punzante con el objetivo de plasmar una sucesión de motivos. 

Decoraciones incisas y herramientas para aplicarlas
Además, este tipo de decoración puede aparecer asociada a la impresión puntillada o puntiforme a través de útiles punzantes, tales como punzones o similares, de tal manera que deja en la pasta un pequeño agujero, pudiendo incluso formar motivos geométricos a base de puntos: triángulos, cuadrados, etc.

También es posible hacer decoraciones incisas o impresas con la concha de un berberecho u otra similar. De esta manera realizaremos piezas de estilo neolítico cardial como los vasos geminados.




La decoración puntillada geométrica, que se ha encontrado en 63 yacimientos meseteños se constata con un claro protagonismo en la cuenca  del Tajo. Así y todo, en la submeseta norte, se han llegado a documentar 18 yacimientos.

Se aplica sobre todo a los vasos campaniformes, de diverso tipo y tamaños y más excepcionalmente en cuencos de los que sólo se conocen tres ejemplares.


Tradicionalmente, este estilo decorativo se enmarca entre el marítimo, más antiguo y con el que comparte espacio en los yacimientos y el Ciempozuelos.

Siempre se ejecuta con técnica puntillada a peine (combinada a veces con la impresa) y sólo en la parte externa, donde se disponen los motivos decorativos en frisos horizontales y paralelos.


El repertorio de motivos decorados utilizados en este estilo en la Meseta lo componen 312 tipos, la gran mayoría de ellos comunes al estilo Ciempozuelos. Sin embargo no todos se emplean con la misma frecuencia y son los modelos 1 y 4 los que están más representados.

Según la forma de disponer los motivos en la superficie decorativa podrían distinguirse dos variedades distinta:

- Corrido.- Dispuestos sin interrupción cubriendo toda la superficie externa, de arriba abajo siguiendo la lógica
propia del estilo Marítimo
- En franjas.- Los motivos se agrupan en franjas horizontales y paralelas, separadas entre sí por espacios lisos, de forma muy similar al estilo Ciempozuelos

Estilo Ciempozuelos
Es, con diferencia, el estilo mejor representado en la meseta, con 364 yacimientos.


Además, es el único estilo que emplea todas las formas campaniformes conocidas en la Meseta, pues aparte del célebre trío vaso campaniforme, cuenco y cazuela, típico de sus ajuares funerarios, también existen, fluentes, cazuelillas, una copa y vasos de almacenaje.

En este estilo, los fondos reciben un tratamiento especial y se exornan con gran frecuencia y esmero.


La decoración se realiza con técnica supuestamente “incisa” e impresa a punta de punzón, a veces muy profunda por lo que recibe el apelativo de pseudoexcisa. Sc utiliza un amplio repertorio de 71 motivos decorativos, dispuestos en frisos que se agrupan siempre en franjas horizontales y paralelas, separadas por espacios lisos de tamaño variable, en disposición distinta según la forma de que se trate. 

Así en los cuencos se suele colocar una única franja bajo el borde, paralela a él, de la que arranca, cuando existe, la decoración del fondo; en los vasos campaniformes y cazuelas una franja se dispone en el cuello y una o dos en la panza, de la última de las cuales parte en su caso la ornamentación del fondo. En cazuelillas y vasos de almacenaje dos franjas decoran el vaso, una en el cuello y otra en la
parte superior de la panza.






El Campaniforme Simbólico es un tipo poco frecuente de cerámicas campaniformes, bien incisas o puntilladas, exclusivo de la Península Ibérica, que junto a los característicos diseños geométricos presentan motivos icónicos tomados del repertorio iconográfico del “arte” esquemático y manifestaciones con él relacionadas (“arte” megalítico, cerámica simbólica, etc.), que son adecuadamente insertados en la composición, tanto en la cara externa, aprovechando los espacios lisos entre franjas, como en la interna. 

La nómina de hallazgos es muy reducida, con un total de 22 fragmentos procedentes de catorce yacimientos de los que sólo cuatro fragmentos correspondientes a otros tantos yacimientos proceden de La Meseta. 



Secado y cocción de las piezas
Una vez finalizada la decoración de las piezas se ponen a secar. Si el factor atmosférico lo permite, se puede secar directamente al sol, girando la pieza para que reciba el calor de forma uniforme. En los lugares donde la humedad o cualquier otro factor lo impida, se pueden colocar en un lugar a cubierto, con la boca hacía abajo o incluso cerca del hogar.

Las piezas secas son frágiles y casi no tienen utilidad. Para reforzar fuerza y convertir el barro en cerámica debemos aplicarle una fuente de calor intenso. Durante la etapa que estudiamos en este trimestre, no existen hornos de cocción propiamente dichos. Se emplean pequeñas hornallas o se cuecen en hogueras. 

En la cocción de las cerámicas, los combustibles son muy necesarios para una correcta cocción, pues pueden repercutir en el resultado final del recipiente. Según los estudios dedicados a ello, en la Península Ibérica se ha empleado como combustible, aparte de la vegetación de ribera, la madera de olivo y de vid, así como especies silvestres propias de bosque mediterráneo: acebuche, arbustos, etc. 

En los primeros momentos de fabricación cerámica, lo más frecuente era la colocación de las piezas a cielo abierto, directamente al sol y que constituía en un secado tal y como se realizaba en la fabricación de ladrillos de adobe. Pronto se descubrió una nueva forma de secado al fuego. La mayor potencia calorífica del fuego ofrecía mayor resistencia y dureza a la pieza, así como un proceso de secado mucho más rápido y eficaz que su homónimo al sol.

La cocción de cerámicas en focos de calor a cielo abierto se caracteriza por el rápido aumento de la temperatura, su corta duración y porque solo permite cocer un número limitado de piezas. Estas circunstancias dejan sus huellas los recipientes cocidos con esta modalidad, puesto que son vasijas con almas o núcleos oscuros (de color gris o negro), manchas superficiales en el cuerpo (que se denominan nubes de cocción) y oxidación incompleta, debido a lo poco elevado de sus temperaturas y la corta duración del proceso.”

El problema de este tipo de cocción es que al tratarse de un modelo al aire libre, la cocción es irregular y la pieza puede mostrar quemazones provocadas por la colocación directamente al fuego. 

CERÁMICA DE COGOTAS I

El reconocimiento de Cogotas I, desde los primeros momentos de la investigación, se efectúa fundamentalmente a través de sus atractivas cerámicas decoradas; unos vasos bellamente engalanados con motivos incisos, impresos, excisos y de boquique, rellenos a su vez de una pasta, preferentemente de color blanco, que provoca un vivo contraste entre la zona decorada y el fondo de la pieza, general-mente oscuro y bruñido. Estos recipientes, que recuerdan por la última de las circunstancias citadas a los campaniformes, son muy abundantes en la mayoría de las estaciones de este signo investigadas, y son protagonistas, como no era menos de esperar, de una inexorable evolución cronológica marcada por las variaciones, tanto en lo que se refiere a los modelos decorativos como en lo que concierne al perfil de los tiestos.

Viene siendo habitual distinguir dentro del amplio desarrollo del Grupo Cogotas I un periodo inicial al que ya se le conoce por el nombre de Protocogotas y que englobaría toda una serie de horizontes más localizados geográficamente, como el de Cogoces en la cuenca media del Duero, Los Tolmos en Soria, Los Vascos en los alrededores de Madrid, etc. Este momento vendría definido por el predominio absoluto de las decoraciones incisas e impresas, dejando un papel únicamente anecdótico —en ocasiones nulo— a los motivos excisos y de boquique. Los vasos, fundamentalmente aquellos que reciben el trato diferenciado de la decoración, presentan perfiles con carena alta o media y cuerpo de tendencia cuenquiforme; aunque también comparecen pequeños cuencos y ollitas de perfil en "S". 

En un segundo estadio de los habitualmente diferenciados —Cogotas I pleno—, los ornamentos confeccionados a base de boquique ganan terreno, haciendo acto de presencia también los esquemas excisos; mientras, los modelos carenados adoptan una tendencia más vertical, con el cuerpo troncocónico, y aparecen nuevos perfiles a la vez que se mantienen, más o menos evolucionados, los antiguos. 

Por último, con más dificultades quizás, se puede distinguir una fase final en la que tanto los esquemas decorativos como los formales, conocen sus mayores cotas de barroquización y diversificación, afectan-do los motivos ornamentales a la práctica totalidad del vaso; a la vez que se produce una separación entre unas producciones regionales y otras.



Los perfiles no dejan de evolucionar a lo largo del dilatado desarrollo cronológico del grupo, pero en esta modalidad son frecuentes los tipos con carena, que en principio son fuentes abiertas, con inflexión media o alta y cuerpo de tendencia cuenquiforme, para ir transformándose posteriormente en vasos tronconcónicos rectos y con carena media (bitroncocónicos) o sin ella. Otras formas habituales en estos servicios finos, pertenecientes a unas o a otras fases, son los cuencos y las ollitas globulares de pequeño tamaño y borde ligeramente vuelto.


Como en etapas prehistóricas anteriores (y también se plante para el mundo vacceo posterior), en Cogotas I era la mujer la que, de forma predominante, se encargaba del modelado y, lo que es más importante, de la decoración de las cerámicas, aunque no por ello tuvo que controlar también todo el proceso de elaboración.

Este último empezaría con la extracción de las arcillas en el barrero, probablemente de uso comunitario, y terminaría con la cocción de los vasos, que verosímilmente se hiciera también de forma conjunta por varias familias utilizando un horno colectivo. Estas estructuras, según se desprende de algunos de los restos que han llegado hasta nosotros, consistían en fosas excavadas en el suelo, donde se depositarían juntos el combustible y los recipientes cerámicos. La parte superior se cubre con materia orgánica, lo que provoca una cocción reductora, falta de oxígeno; aunque la precariedad de la estructura no evitaría la entrada de ráfagas de viento que dieran como resultado las cocciones mixtas tan típicas de estos ambientes.

La confección de las cerámicas probablemente tuvo lugar en un determinado momento del ario, en el que las distintas mujeres realizan sus vasos, consiguiendo así un volumen importante para completar una hornada. Todas ellas llevarían sus barros hasta el horno, construido o rehabilitado en ese momento para la cocción, donde se separarían las especies finas y decoradas de las de cocina y almacenamiento, puesto que sin duda serían horneadas por separado, poniendo más cuidado y vigilancia en las primeras.

PLAN DE TRABAJO ESPECIAL 2023: CERÁMICA DE LA CULTURA VILLANOVIANA


Técnica: Urdido y Torno
Acabado: Bruñido y espatulado con decoración incisa/pintada
Modelo de referencia: Urna troncocónica de incineración

PRESENTACIÓN
Nos alejamos de nuestra península para acercarnos a una de las culturas más fascinantes que conocemos a la que da nombre el yacimiento tipo de Villanova di Castenaso (cerca de Bolonia). 

Estamos en la Edad del Hierro y durante, aproximadamente 700 años, en el norte de la actual Italia, junto a los pueblos allí aposentados durante el bronce, tales como los pueblos de la Cultura Apenínica y Terramaras.

 A finales del II milenio a. C. (1200 a. C.) llegan pueblos indoeuropeos a la península itálica, en conexión con los pueblos del mar y las gentes que allí encontraron y con las que se mezclaron, en lo que a comienzos de la Edad de Hierro van a producir unos cambios que dan lugar a la cultura villanova. 


Giovanni Gozzadini (1810-1887), un aristócrata y político italiano descubrió en 1865 en su dominio de Villanova un conjunto de tumbas de cremación. Considerado como el mayor descubrimiento de la protohistoria italiana, las excavaciones fueron entonces dirigidas por la Comisión auxiliar de antigüedades y Bellas Artes, y Gozzadini asumió el costo y el trabajo requerido en la restauración con su esposa, de la cerámica. Sólo en la primera campaña, descubrieron ciento veintidós enterramientos. 

La publicación en 1855 de Gozzadini de un estudio descriptivo de la excavación fue ampliamente comentada en las grandes instituciones arqueológicas. Lo más interesante de lo publicado resulta del hecho de que contuviera una serie de aspectos renovadores de los hasta entonces estudiados, dando como propuesta la continuidad transformadora de algunos rasgos propios de terramara y la puesta en valor de la incidencia de factores múltiples en la configuración de la realidad histórica, donde invasionismo y transformación se imbrican para formar solo un fenómeno histórico, en que cada uno de los elementos propios sólo pervive en el resultado que, a su vez, puede conservar características propias de cada elemento.

L@s que seguís este blog os habréis dado cuenta de que las ultimas piezas elaboradas, ya se basaban en esta cultura.  Eso forma parte de la formación continuada que proponemos y que intenta evitar la ruptura cultural.

Así que este año vamos a dedicar nuestro Curso de Cerámica Histórica  a estudiar una serie de piezas cerámica de formas sinuosas, decoración incisa y excisa muy cargada y cocción tanto en atmosfera oxidante para las piezas pintadas con óxido de hierro, como reductora total (carbonación) para las demás. 

PIEZA NÚMERO 1: Vaso de la Cultura Villanoviana del norte de Italia con decoración incisa e impresa.  Cuando esté seco y como paso previo a su cocción se ampliará la decoración con elementos naturales a pincel a partir de un engobe de manganeso. 

La pieza es reproducción de la encontrada en el yacimiento de Vulci-Tarquina-Bisenzo.

En el yacimiento de Tarquina, acompaña a esta pieza una crátera y un sostegno con similar decoración.

La cocción de piezas en un ambiente de reducción total permite, como en este caso, la reproducción de piezas prehistóricas.

La huella del fuego, el color negro intenso, las tonalidades metálicas en los lugares donde la pieza estaba directamente inmersa en los materiales que hacen de combustible interno en la cámara, forma parte de la belleza de estas piezas y realza la decoración incisa incluso cuando no aplicamos la pasta blanca postcocción típica de esta época.

No menos interesante es encontrar que parte de la pieza ha sido reoxidada por una entrada de aire inesperada, quedando marcada con una tonalidad rojiza que muestra mejor, si cabe, los diferentes ambientes en el interior de la hornalla.

Reproducción de parte del ajuar descrito en "Geoarcheologia degli antichi porti di Sidone, città della Fenicia" by Alessandro Madau



#cultura #villanoviana #ceramicadeautor #peñarandadeduero #incisa #cursodeceramicahistorica



PLAN DE TRABAJO ESPECIAL 2023: AZULEJERÍA
Técnica: Plancha
Acabado: esgrafiados, esmaltado
Modelo de referencia: Azulejos islámicos hispánicos


La cerámica, considerada como un arte menor en Europa, es uno de los medios de comunicación artísticos más utilizados en el arte islámico en todas las épocas y regiones. La cerámica islámica es una de las artes más importantes para los musulmanes.

A lo largo de los tiempos, los revestimientos de piezas de cerámica vidriada asumieron varias formas y colores.

Tendremos que retroceder a la antigua Mesopotamia para encontrar los primeros vestigios de utilización de azulejos de revestimiento.

Revestir un edificio con decoración de colores es uno de los rasgos esenciales más característicos del arte islámico; durante siglos, los azulejos fueron el medio más apreciado para conseguir los pretendidos efectos de colorido. En los países islámicos orientales se utilizaron azulejos con motivos geométricos, vegetales o caligráficos para la decoración de paredes interiores y exteriores, para bóvedas y cúpulas; en los occidentales predominaban también los motivos geométricos y los azulejos se empleaban sobre todo para la decoración de suelos y zócalos.

Los azulejos unidos en representaciones figurativas eran ya conocidos en la arquitectura asiria, babilónica y aquemení; el uso de azulejos de pared, sin embargo, empezó en el arte islámico en el siglo IX, ya que los arquitectos omeyas permanecieron comprometidos con la predilección de los bizantinos por los mosaicos de vidrio de colores para el embellecimiento de las paredes. La expansión de los azulejos en la época abasí fue acompañada del florecimiento de la industria de la cerámica, durante el cual los alfareros desarrollaron una serie de brillantes esmaltes de colores. Los primeros azulejos islámicos estaban pintados con lustre policromo con la técnica de pintado vidriado: los diseños se pintaban con diferentes óxidos de metal sobre las superficies esmaltadas y a continuación se cocían en un horno de reducción (que trabaja con un contenido bajo de oxígeno). 



Vamos a realizar tres planchas a las que mediante impresión, grabaremos la plantilla con las formas geométricas.


En esta última vamos a grabar los números para convertirla en un reloj.


CAJÓN DESASTRE

CURSO DE CERÁMICA HISTÓRICA 2020 - 2023

Lo que puedes encontrar:
  • ENTRE VACCEOS Y ARÉVACOS: SONAJEROS
  • Proyecto "COMPLETA EL AJUAR DE PEÑARANDA"
  • EL AJUAR CAMPANIFORME DE PEÑARANDA DE DUERO

ENTRE VACCEOS Y ARÉVACOS: SONAJEROS
Iniciamos un proyecto de elaboración de reproducciones en arcilla basadas en el estudio de una treintena de pequeños objetos de cerámica, cerrados y huecos, que contienen en su interior pequeñas pellas de barro, razón por la que, al ser agitados, producen un tintineo; rasgos todos ellos que, por analogía con los sonajeros actuales, llevan a contemplarlos como tales. Generalmente se decoran con idénticos motivos y técnicas que cajitas, pies votivos o barcas, piezas todas ellas incluidas entre las producciones singulares vacceas; este dato y el hecho de que su distribución geográfica se atenga a la de dicho grupo étnico permiten considerarlos una creación más del mismo. Su estudio morfológico permite definir hasta seis tipos distintos: esférico, hemisférico, lenticular, cilíndrico, de carrete y fusiforme y su cronología remite al espacio temporal que media entre los siglos III a.C. y el I d.C.

Fue en la primera mitad del siglo XX cuando aparecieron las primeras noticias sobre la presencia entre los materiales cerámicos recuperados en algunos yacimientos arqueológicos meseteños de ciertos objetos que, caracterizados por ser cerrados, estar huecos y contar con algún pequeño elemento en su interior, lo que hacía que al agitarlos produjeran sonido, fueron identificados como sonajeros.

Tipología
Desde un punto de vista morfológico los sonajeros son recipientes cerrados y huecos que alojan en su interior pequeñas piedrecitas o bolitas de barro que al ser agitados producen ruido. Su apariencia externa puede adoptar diferentes formas, habiéndose identificado hasta seis variantes: esféricas, hemisféricas, lenticulares, cilíndricas, de carrete y fusiformes. Generalmente se trata de piezas hechas a mano.

El sonajero esférico de Soto de Medinilla
Constituye el tipo más sencillo tanto en su morfología como por la decoración que ostenta, pues en general esta última se limita a simples motivos incisos e impresos. Sus dimensiones oscilan entre los 40 y 70 mm de diámetro y las paredes, tal y como ha podido comprobarse en los ejemplares fragmentados, tienen entre 7 y 10 mm de grosor. La reproducción que vamos a elaborar en nuestro Aula de cerámica prehistórica se basa en un ejemplar de sonajero esférico, hallado incompleto, en barro anaranjado con una perforación circular. Presenta decoración de dos líneas perpendiculares de puntos de peine impreso que dividirían su superficie en cuadrantes o en meridianos. Tiene unas dimensiones de 61 mm de diámetro y su procedencia es El Soto de Medinilla, Valladolid.
El Sonajero cilíndrico del mismo lugar que nuestra Aula de cerámica prehistórica presentaba, en origen, tres asitas equidistantes de las que actualmente solo se conservan los arranques. El cuerpo presenta, intercalado entre las asas, una misma composición geométrica, repetida en tres ocasiones –en dos de ellas con la misma orientación y en la tercera en sentido inverso–, que consiste en dos bandas excisas de zigzag que forman un ángulo y abrazan series de ángulos incisos; al exterior de cada uno de estos conjuntos, y en sentido inverso, grupos de ángulos incisos, dos en uno de ellos y uno en los otros dos. Las bases ostentan la misma decoración, aunque con orientación perpendicular entre sí, constituida por cinco bandas de zigzag delimitadas por líneas, todo ello en técnica excisa.

Dimensiones: altura: 45 mm, diámetro: 60 mm.
Procedencia: El Soto de Medinilla, Valladolid.


Proyecto "COMPLETA EL AJUAR DE PEÑARANDA"
Como exponemos más adelante, en 1991 durante una prospección arqueológica, se encontró, en Peñaranda de Duero, una sepultura del Calcolítico con restos humanos y dos piezas cerámicas del tradicional ajuar campaniforme: el vaso y la cazuela de estilo Ciempozuelos.


Nunca se encontró la pieza más habitual y sencilla como es el cuenco. Por ese motivo, desde el espacio Artístico A CÁNTAROS nos proponemos seguir dando a conocer este maravilloso hallazgo y jugar a idealizar cómo sería la tercera pieza del característico ajuar.

A lo largo de este curso, os mostraremos las realizaciones de l@s alumn@s están preparando sobre este tema.








EL AJUAR CAMPANIFOME DE PEÑARANDA DE DUERO
La pieza que presentamos forma parte del ajuar campaniforme encontrado en la Campaña de 1991 realizada para completar el Inventario Arqueológico Provincial a cargo de la Universidad de Valladolid, que firmó un convenio con la Junta de Comunidades de Castilla y León, hasta 1994 cuando se hizo cargo del convenio la Universidad de Burgos.

El vaso campaniforme fue una manifestación cultural prehistórica asociada al Calcolítico y al período inicial de la Edad del Bronce. 

La base arqueológica del horizonte campaniforme queda definida por la aparición de dichos vasos cerámicos acampanados, bien manufacturados, de color rojo o marrón-rojizo, decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas) o impresas, con temas geométricos, rayados, ajedrezados, etc. 

Aunque aparecen usualmente en contextos funerarios, también se los encuentra en ámbitos domésticos. Otras piezas de cerámica asociadas (que formarían parte de auténticos “servicios”) se constatan sólo en determinados grupos locales.

El estilo Ciempozuelos, al que pertenece el ajuar peñarandino, se extendió por los valles del Duero y del Tajo. La mayor parte de los hallazgos proceden de los enterramientos, que eran por inhumación en fosas individuales, aunque a veces utilizaban viejos dólmenes.

El ajuar cerámico está formado por un equipo estándar en el que comparece el vaso con decoración incisa y con incrustaciones de pasta blanca, juntamente con una cazuela y un cuenco de iguales características. Este equipo estándar se acompaña de otros elementos como son: el puñal de lengüeta, la punta palmela, etc. En Peñaranda de Duero no existe constancia de la aparición del cuenco ni del acompañamiento metálico.

El proceso de fabricación comenzaba por la obtención de materias primas adecuadas, arcillas que por lo general se someten a un tratamiento previo a su uso, eliminando cualquier impureza que pudieran contener a través de un proceso de decantación. En algunos casos se añaden intencionadamente desgrasantes, es decir, materiales no plásticos que otorgan a la arcilla una mayor resistencia al impacto térmico que va a experimentar durante el proceso de cocción.

Posteriormente se pasa a dar forma al recipiente cerámico. En el Calcolítico se utilizaban varias técnicas: modelado a mano a pella, bola o pellizco; modelado a rollos, especialmente como añadido a la técnica de bola o pella; y moldeado tomando como base (molde) contenedores de fibra vegetal.


La decoración se realiza cuando la pieza está en "dureza de cuero". Todavía se puede modificar pero su elasticidad ha desaparecido y por tanto si se fuerza, puede romperse. Comienza con el espatulado de la arcilla, raspando la superficie con una piedra lisa hasta conseguir unas paredes finas y uniformes. Después con madera, hueso o piedras muy pulidas, se bruñe la pieza cerámica para disponer las partículas de la arcilla en la misma dirección lo que permitirá que la pieza sea muy poco porosa y pueda contener líquidos. 


En esta fase de secado, se comienza la decoración mediante incisiones, impresiones, ungulaciones, etc... En el caso de nuestro ajuar, la decoración es incisa mediante bandas decoradas con metopas, zic zas y líneas paralelas que marcan los campos decorativos alternando bandas sin decoración que contrastan por su brillantez. 

Como hemos comentado antes, el estilo de la pieza es el "Ciempozuelos", el cual se extiende por toda la península y sobre todo en las dos mesetas. Su decoración es incisa e impresa y a menudo, las incisiones presentan inscrustaciones de pasta blanca. En el omphalos o base, la decoración presenta una disposición radial que enlaza con la banda inferior del recipiente

Cuando el secado está en una fase a la que se denomina "dureza de hueso" se puede dar un pulimento final a toda ella para mejorar su brillo y belleza.

Tras el secado de las piezas se procede a la cocción en una hornalla, ya que durante el horizonte cultural Campaniforme, no se utilizan hornos propiamente dichos. Esta cocción se hace mediante una combustión directa de las piezas con el fuego. Uno de los lugares de cocción es un hoyo en el que se introducen las piezas y se rellena de pinosa o materiales combustible hasta la superficie, lo que permitirá un aumento local de la temperatura y la ausencia de oxígeno, que oscurecerá las piezas por la atmósfera reductora creada. A pesar de ello, se cree que no existe un verdadero control de la atmósfera en la cocción, no existiendo un patrón uniforme en el color final de las piezas e incluso teniendo en los registros arqueológicos de piezas de cocción mixta.

YACIMIENTOS DE PEÑARANDA DE DUERO
Marcados en el círculo, “La casa número 4” y “Valdemar 2”

BIBLIOGRAFÍA

MAN. Vaso campaniforme tipo Ciempozuelos en el Museo Cerralbo, por Benjamín Hernández López
El Vaso campaniforme en la meseta norte española, por Germán Delibes de Castro
Aproximación a la situación actual de la investigación arqueológica en la burgalesa Ribera del Duero, por Ángel L. Palomino Lázaro.
El Bronce antiguo en el oriente de la submeseta norte, por José Fernández Moreno.
El yacimiento arqueológico de “las Empedradas” por Ángel L. Palomino Lázaro.
La primera colonización estable de las tierras ribereñas del Duero en el sudoeste de la provincia de Burgos: el poblamiento Calcolítico, por Ángel L. Palomino Lázaro.

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